domingo, 18 de enero de 2015

Nietzsche par la vida cotidiana (3ª parte)



(8) Nietzsche.  EL SUPERHOMBRE

El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre,

una cuerda sobre un abismo.

Un peligroso pasar al otro lado,

un peligroso caminar,

un peligroso mirar atr
ás,

un peligroso estremecerse y pararse.

La grandeza del hombre es
en ser un puente y no una meta:

lo que en el hombre se puede amar es que es un tr
ánsito y un ocaso.

ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA


El superhombre es la afirmación enérgica de la vida, el creador y dueño de sí mismo y de su vida, es un espíritu libre. El superhombre será el nuevo dios terrenal, será el sentido de la tierra, el hombre que será «capaz de dar a luz una estrella». En su camino, el superhombre se opondrá a toda difamación del mundo, a todo menosprecio por el cuerpo, a todo ascetismo. Se toma la vida en eterno presente, como un juego y una fiesta. Vive abierto y entregado a la vida, sin considerar nada como definitivo: La vida misma es “vivida” como prueba y experiencia que se asume de forma plena y con un intenso júbilo.



(9) Nietzsche. EL ETERNO RETORNO: LA GÉNESIS. 


La concepción básica del pensamiento del Eterno Retorno de lo idéntico, lo que él llama “su pensamiento más profundo” se produjo en el mes de agosto de 1881. Está apuntada en una hoja, en cuya parte inferior se lee: "6.000 pies más allá del hombre y del tiempo. Ese día caminaba por los bosques a orillas del lago de Silvaplana; me detuve ante una poderosa roca de forma piramidal; allí vino a mí ese pensamiento” (XV, 85)

No se trata de un pensamiento cualquiera sino de una convulsión transformadora de todo el ser. Como muy bien explica Heidegger: “Un pensamiento esencial de este tipo implica: penetrar en la nueva claridad que ese pensamiento abre, ver a su luz todas las cosas y encontrarse dispuesto con plena voluntad a todas las decisiones que encierra. Estamos acostumbrados a considerar que esos pensamientos son «meros» pensamientos, algo irreal e inefectivo. Pero en verdad, el pensamiento del eterno retorno de lo mismo es una conmoción de todo el ser. El ámbito visual al que el pensador dirige su mirada no es ya el horizonte de sus «vivencias personales», es algo diferente de él mismo, algo que le ha pasado por debajo y por encima y desde entonces está allí, algo que a él, el pensador, ya no le pertenece, sino algo a lo que él pertenece”.
 
Cabe también tener presente las circunstancias que rodearon la génesis de tal transformación. El año 1881, puede considerarse un año crucial en el desarrollo conceptual-vivencial de Nietzsche. Hacía dos años que había abandonado la cátedra en la Universidad de Basilea, debido a los intensos dolores de cabeza, a los malestares del cuerpo y los vómitos, que le convierten en un viajero solitario en busca de buenas condiciones climatológicas que le mitiguen los dolores. En Ecce Homo nos dice:” La enfermedad me saco con lentitud de todo aquello: me ahorro la ruptura, todo paso rápido, violento y escandaloso. No perdí  entonces ninguna benevolencia y conquisté varias más. Le enfermedad me proporcionó asimismo un derecho a dar completamente la vuelta a todos mis hábitos: me permitió olvidar, me ordenó olvidar; me hizo el regalo de obligarme a la quietud, al ocio, a ser paciente ¡Pero esto es lo que quiere decir pensar!”
 
Gracias a este retiro prematuro Nietzsche puede aislarse en los pasajes solitarios que más tarde le darán la inspiración. Hermann Hesse describe así su vivencia de este impresionante lugar: "He visto innumerables paisajes, y muchos me han gustado; pero muy pocos me han aparecido como reservados para mí por el destino, pocos me han hablado con una voz profunda y duradera, y han luego florecido en mí lentamente hasta volverse como pequeñas patrias; y entre esos paisajes, el más bello, el que ejerció sobre mí la impresn más intensa, fue el alto valle de la Engadina". Y un poco después, el escritor presiente que "las montañas y los lagos, ese universo de árboles y flores, tenían algo que decirme que yo no había sido capaz de asimilar y absorber en la primera mirada, algo que me haría volver a él, que este alto valle a la vez tan austero y variado, tan severo y armonioso estaba hecho para mí, tenía algo precioso para darme o algo que exigir de mí".

 De ese pensamiento tenemos un esbozo que escribió en ese mismo lugar y es el siguiente:

El retorno de lo idéntico.
                   Esbozo
  1. La asimilación  de los errores fundamentales.
  2. La asimilación de las pasiones.
  3. La asimilacn del saber, incluso del saber que renuncia. (Pasn del conocimiento.)
  4. El inocente. El individuo como experimento. El aligeramiento, el rebajamiento, la debilitacn de la vida –transicn.
  5. El nuevo centro de gravedad: el eterno retorno de lo idéntico. Importación infinita de nuestro saber, de nuestro errar, de nuestros hábitos y modos de vivir, para todo lo venidero. ¿Qué hacemos con el resto de nuestra vida – nosotros los que hemos pasado la mayor parte de ella en la más esencial ignorancia? Nos dedicamos a enseñar esta doctrina, -es el medio s eficaz para asimilar nosotros mismos. Nuestra especie de felicidad como maestros de la más grande doctrina.







 


No hay comentarios:

Publicar un comentario