Un koan
és un gènere literari xinès que procedeix del budisme i preten provocar
il.luminacions i revelacions al lector. A la tradició Zen, es presenta
com un problema que el mestre presenta al novici i que aquest ha de
resoldre allunyant-se de la raó i apropant-se més a un nivell de
consciència propiciat per la meditació que li permet la la visió d’una
possible solució.
Doncs bé, Yukio Mishima (Tòquio, 1925 – 1970) a la seva obra El pavelló daurat (1956) intrerpreta a través d’un koan, que es titula Nansen mata un gat,
un concepte de bellesa que és ben difícil d’entendre, acostumats a
Occident a exercir més la capacitat lògica i racional per a solucionar
els problemes que se’ns presenten.
El koan citat és el següent:
En
la época Tang vivía en el monte Nan Chuan un famoso sacerdote: Pu Yuan,
llamado también Nan Chuan (Nansen en japonés) por el nombre de la
montaña. Un día que todos los monjes habían ido a segar al monte, un
pequeño gato hizo su aparición en el desierto y tranquilo templo. Fue un
acontecimiento. Todo el mundo corría detrás del gato. Lo atraparon.
Pero luego hubo una disputa entre los monjes de los edificios Este y
Oeste: se trataba de saber quién se quedaría con el gatito para
cuidarlo. Visto lo cual, el padre Nansen cogió al gato por la piel del
cuello, apoyó la hoz en su garganta y dijo: «Si alguno de vosotros puede
pronunciar la palabra, el gato está salvado; si no, morirá». Nadie pudo
responder y el padre Nansen mató al animal en el acto.
A
la noche llegó Choshu, el primero de los discípulos. El Prior le contó
lo ocurrido y le preguntó qué pensaba de ello. Choshu, sin pensárselo un
segundo, se quitó las sandalias, se las puso sobre la cabeza y se fue.
El padre Nansen se deshizo en lamentaciones: «¡Ah, sólo con que hoy hubieses estado tú aquí! ¡El gatito se habría salvado...!».
Una vegada explicat el koan
sorgeix la interpretació que fa Mishima a través dels protagonistes per
captar el concepte de bellesa. El gat simbolitza la bellesa i els dos
grups de novicis es barallen per ell perquè volen poseir-la però la
bellesa s’ofereix a tothom però no pertany a ningú que és la
interpretació de Kaskiwagi, però que es comentada per Mizoguchi (el
protagonista principal): Porque, si
bien la Belleza puede ofrecerse a cualquiera, ella no pertenece a nadie.
La Belleza -¿cómo decirlo?- sí... es como una muela cariada, que nos
roza la lengua, nos la agarra, nos hace daño, que yergue su existencia
como un alfiler. Finalmente, no podemos ya más con el dolor y el
dentista nos la arranca. Entonces, al contemplar en el hueco de nuestra
mano aquella pequeña cosa marrón, sucia, sanguinolenta, uno se dice más o
menos: «¿Es esto? ¿Es esto lo que me hacía tanto daño, lo que no cesaba
de recordarme su existencia de un modo tan desagradable, lo que me
clavaba raíces tan tenaces? ¡No es más que materia muerta! [...]. Matar
el gato significaba arrancar la muela que causaba dolor, extirpar la
Belleza de raíz. ¿Quedaba resuelto el problema? Yo no lo sé. Las raíces
de lo Bello, a pesar de todo, no habían sido cortadas; se mató a la
bestia, pero no, tal vez, su belleza. Y es para burlarse de esta
solución demasiado cómoda que Choshu se pone las sandalias sobre la
cabeza. Él sabía, por así decirlo, que no hay otra solución sino
soportar el dolor de muelas.
Mizoguchi acaba al final del
llibre canviant de postura perquè si en un principi adopta la postura de
Choshu que sap que la idea de bellesa existeix malgrat eliminem al gat,
finalment apostarà per la postura de Nansen d’eliminació del gat per
eliminar el dolor i les dispustes. Mizoguchi crema el pavelló daurat,
que idealitza com a màxim estandard de la bellesa i de la perfecció,
temple dins del qual treballa i refusa qualsevol altre model de bellesa.
El pavelló daurat representa la bellesa en contra de la resta de la
realitat que ens envolta i no permet una reconciliació entre el que
desitgem i el que ens ofereixen. El jove novici està encadenant a un
concepte que el determina i decideix que la bellesa és la seva mortal
enemiga. Aposta així més per l’acció que per el coneixement. El
protagonista aconsegueix alliberar-se d’aquest concepte de bellesa que
no el deixa viure. De fet el llibre finalitza amb aquestes paraules: VOLIA VIURE.
