Epicuro
(4) No temas a la muerte y vive con plenitud el presente.
Seguimos
con la carta que Epicuro envía a Meneceo. El filósofo le invita a meditar y a
habituarse a pensar según los principios epicúreos. Uno de sus temores es el
del miedo a morir. El consejo que el maestro le proporciona lo tenéis más
abajo. Te recomiendo que pruebes a leerlo cada día con el objetivo de
interiorizarlo y que te ayude a no sentirte turbado por el miedo a morir y a
vivir con más plenitud el presente.
“Acostúmbrate
a pensar que la muerte nada es para nosotros, porque todo bien y todo mal
residen en la sensación y la muerte es
privación de
la sensación (…) Así pues, el más terrible de los males, la muerte, nada es
para nosotros, porque cuando nosotros somos, la muerte no está presente y,
cuando la muerte está presente, entonces ya no somos nosotros (…) El sabio, por
el contrario, ni rehúsa la vida ni le teme a la muerte; pues ni el vivir es
para él una carga ni considera que es un mal el no vivir”.
Epicuro (5) Hemos de intentar vivir en el presente y no en el
futuro.
Miedo al futuro,
a lo que vendrá, a no alcanzar la felicidad.
Pero la felicidad, como ya hemos
visto, consiste precisamente en no tener miedo. Depende única y exclusivamente
de nosotros mismos, de ser sabios y conseguirla con un estado de ánimo
tranquilo y con muy pocos medios.
"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto
hacia él."
"El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es
desdichado, aunque sea dueño del mundo."
“Sin el peso de un pasado
que no se puede remediar, ni la opresión de un futuro que se desconoce y a lo
mejor nunca tendrá lugar, el hombre libre afirma el presente, lo goza sin más
razón que la de vivirlo y ser consciente de eso.
”
Epicuro (6) miedo al dolor
Epicuro afirma que el mundo en el que vivimos es un espacio que
acarrea dolor tanto físico como espiritual. El hombre aspirar a ser feliz y
puede conseguirlo satisfaciendo sus deseos que le proporcionarán placer. El
placer es el principio y el fin último de la felicidad. Pero no todos los
deseos son buenos, sino sólo los necesarios y naturales. Los que nos
proporcionan salud, serenidad y alegría de vivir. Los deseos que nos generen
insatisfacción, dependencia e infelicidad no son adecuados y hemos de
rechazarlos. Nos recomienda que nos acostumbremos a
un modo de vida sencillo y sin lujos porque es bueno para la salud, hace al
hombre resistente a las constantes exigencias de la vida y nos otorga un estado
de ánimo superior en los momentos excepcionales en que disfrutamos de cosas
costosas.
Pero es muy importante recordar que el placer es tan
efímero y fugaz que fácilmente puede convertirse en dolor. Es necesario, pues,
luchar enérgicamente por cada instante de placer nos proporcione un instante de plenitud.
Esta vez os propongo un ejercicio: deteneos en un
momento del día sintiendo de forma plena el instante. Puede ser una velada
agradable con unos amigos, un paseo por la playa, el contacto con la naturaleza,
el sol sobre tu rostro, una pieza musical que nos deleite…
Mi instante ha sido éste y ¿el vuestro?
Al hombre, únicamente por saberse mortal, no le sirve los principios epicúreos para dejar de temer a la muerte
ResponderEliminarMuy interesante Cris, muchas gracias!
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